martes, 24 de enero de 2017

SANDWICH DE ROAST BEEF



La última entrada en la que uní la lectura con la cocina fue hace ya casi un año. ¡Casi un año! No pienso esperar otro año desde luego. El  año pasado leí muy poco pero estoy intentando retomar una afición que lleva conmigo casi toda la vida. Me encanta leer desde que era una enana y he perdido la cuenta de los libros que tengo. De hecho, me temo que  la cifra debe ser bastante "indecente" si sumamos los libros de cocina. El único problema que le veo a la lectura es que no tengo sitio para guardar tanto libro. Las estanterías ya están a tope y aunque sé que no debo comprar tantos libros para mí es casi imposible entrar en una librería y no salir con algo debajo del brazo. Lo mismo que en una zapatería. No lo puedo remediar.

Hace dos años me compré un libro electrónico y me costó muchísimo adaptarme a él. Comprendo que es más práctico pero la sensación de tener el papel en la mano y pasar las hojas no te la da el libro electrónico, que es más frío. El libro que me ha enganchado estas Navidades ha sido La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker. Al principio me costó un poco entrar en la historia pero pronto me encontré devorando el libro, pasando hojas y deseando llegar al final. 



¿Por qué he elegido un sandwich de roast beef para acompañar el libro? Uno de los protagonistas del libro, Marcus Goldman, escritor, se encuentra inmerso en la escritura de su segundo libro cuando sufre un bloqueo bastante importante que le impide escribir lo que sería su segundo bombazo editorial. Para animarle, su secretaria le ofrece llevarle a a oficina su sandwich preferido, el sandwich de roast beef. 

No sé cómo será el sandwich que le gusta a Marcus Goldman. Sí sé cómo nos gusta en casa: un buen pan de molde untado con una mezcla de mostaza y mayonesa, algo de rúcula y espinacas, manzana, roast beef y cebolla caramelizada. Creo que Marcus aprobaría nuestro sandwich.

Cuando digo un buen pan de molde, me refiero a que vamos a hacer el pan en casa. No se tarda mucho y en nada de tiempo puedes tener una delicia muy muy peligrosa porque no hay manera de parar. Las rebanadas vuelan sin que te des cuenta.




Ingredientes para el pan de sandwich:
The Best of Home Baking, Dan Leppard

150 ml de agua fría
100 ml de agua hirviendo
125 de sour cream
2 cucharaditas de sal
2 cucharaditas de azúcar
1 sobre de levadura de panadero
550 gr de harina de fuerza

En un bol grande mezclamos todos los ingredientes y hacemos una bola de masa que dejamos reposar tapada durante 10 minutos.

Pasado este tiempo engrasamos la superficie sobre la que vamos a amasar el pan y nuestras manos con un poco de aceite para evitar que se nos pegue. Amasamos durante unos cinco minutos y dejamos que repose otros cinco y así repetiremos la secuencia hasta que la masa ya no esté pegajosa y su superficie esté lisa. Engrasamos un bol amplio y dejamos que la masa duplique su tamaño. ¿Cuánto tiempo? Dependerá de la temperatura ambiente pero te diré que el sábado la mía tardó una hora y media. En la cocina estaba calentita, era el mediodía y estaba haciendo la comida.




Una vez ha crecido la masa, al sacarla del bol comprobarás que está llena de aire y es esponjosa. La vamos a extender sobre nuestra superficie de trabajo con la ayuda de las manos hasta que tengamos un rectángulo de 2 cm de grosor y la enrollamos como si fuera un pergamino para dejarla en un molde de 19 cm de longitud. Hay que engrasar el molde previamente. Cubrimos con un paño y dejamos que vuelva a crecer. La mía tardó cerca de dos horas. 
Cuando veas que la masa ya ha doblado su tamaño, entonces es el momento de llevarla al horno a 200º durante 40-45 minutos. El olor que queda en la cocina es absolutamente sensacional e invita a lanzarse a pellizcar el pan aún caliente.
El pan tiene una miga suave, esponjosa y muy peligrosa. Ya te digo, las rebanadas vuelan y casi, casi hay que ponerle protección para evitar que desaparezca.

Ya tenemos el pan y tenemos sobras de roast beef así que no nos queda más remedio que montar el sandwich.




Untamos una rebanada de pan con una mezcla de una cucharadita de mostaza y dos de  mayonesa. Cubrimos con rúcula, manzana cortada en láminas, roast beef, cebolla caramelizada y cubrimos con otra rebanada de pan untada con la misma mezcla de mostaza y mayonesa.
No me olvido de la cebolla caramelizada. Para hacerla yo corté dos cebollas en juliana fina y las rehogué en aceite de oliva. Cuando ya empezaron a estar transparentes, les añadí un par de cucharaditas de azúcar moreno y dejé que siguieran haciéndose hasta que tuvieron un bonito color tostado.
Ya tienes tu sandwich listo para ser devorado leyendo el libro.

domingo, 15 de enero de 2017

POLLO CACCIATORE





A buenas horas aparezco por el blog, después de más de un mes de ausencia, a felicitarte el año, a esperar que hayas empezado con buen pie y a asegurarte, si todavía sigues ahí, que sí, que me tomo en serio el tema del blog pero que los últimos meses del año pasado fueron de lo más estresante y que iba literalmente al día. No daba para más. Y eso que, cuando 2016 empezó, pensé que iba a ser un año "divertido" pero no le vi la diversión por ningún lado y sí mucho trabajo, nuevas responsabilidades, y por qué no decirlo, una falta de organización (raro en mí) que me llevó a olvidarme casi del blog.

Lo de la falta de organización estoy solucionándolo y creo que volveré a ser yo, aunque espero un poco menos prusiana, y estoy trabajando muy en serio el tema de poner límites separando el trabajo de mi "vida real" y, sobre todo, decir no. Me parece más que necesario para no acabar hasta arriba, reguñendo por los rincones, jurando en arameo y sin tiempo para respirar. Hace tiempo que no me hago propósitos a principios de año porque simplemente no los cumplo pero este, este de decir no, pues ... En fin, espero conseguirlo aunque cueste.



Y la vuelta al blog la hago con una receta italiana para el reto de Cocinas del mundo. Marga de Acibecheria  nos traslada a Italia para que disfrutemos cocinando recetas italianas. Repasando típicas de la gastronomía italiana me he dado cuenta de que en este blog hay bastantes: arancinis, lasaña, pasta, ossobuco, pizza, gnocchi, minestrone, peperonta, panzanella, sabayón y ahora ... pollo a la cazadora. Se nota que en casa nos gustan la comida italiana ¿verdad? Pero ¿a quién no? He estado en Italia dos veces y no recuerdo haber comido nada que no me gustase. Nada en absoluto. La última visita fue a Florencia, una ciudad que llevaba años queriendo visitar. Sabía que la iba a disfrutar mucho y así fue desde el minuto uno de llegar. Creo que se me abrió la boca nada más llegar a la plaza del Duomo y así estuve los cuatro días que pasamos en Florencia, con la boca abierta ante tanta belleza. ¡Cuánta maravilla! Y aún recuerdo una sopa de tomate fría muy simple que pedí en un día de mucho calor. Bueno, y unos raviolis maravillosos, y una pasta con una salsa de tomate simplemente gloriosa, y unos helados buenísimos, y el colorido de las tartaletas llenas de fruta, y... así podría seguir un buen rato.



Y claro, puestas a elegir una receta, me quedo en la Toscana con este guiso que decididamente  tienes que probar. Es de esos que medio se hacen solos, que llena la casa de un olor rico a cocina casera y que hace que disfrutes de la comida.  Es un señor guiso que se puede servir con un puré de patatas o con polenta, como he hecho yo. Solo te faltaría una buena ensalada y una copa de vino tinto para pasarlo bien, muy bien, comiendo.

Ingredientes:

aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 cebolla picada fina
4 muslos y contramuslos separados
1 vaso de vino blanco
1 lata  de tomates enteros y pelados
1 cucharadita de alcaparras
100 gr de aceitunas negras
orégano
tomillo



En una cazuela muy amplia calentamos unas tres cucharadas de aceite de oliva y vamos sellando el pollo ya sazonado. No queremos freírlo, solo dorarlo. Una vez dorado, lo retiramos y reservamos.

En esa misma cazuela (eso es lo bueno de este guiso, que solo ensuciamos un recipiente) rehogamos la cebolla y el ajo hasta que estén dorados. Seguidamente añadimos el pollo y vertemos el vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol y agregamos los tomates en trozos, las alcaparras, aceitunas negras y las hierbas.

Bien, ahora se trata de dejar que se vaya haciendo el pollo removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue y añadir algo de líquido si vieras que se evapora demasiado.




Cuando el pollo ya esté hecho lo servimos con polenta.

Ya está. No hay que hacer más. Aprovecha estos días tan fríos para cocinar platos que llenen de calor tu casa.